domingo, 22 de mayo de 2011

                                
  
 
DESTIEMPO

Atravesé la avenida por esta misma área peatonal hace veintitrés años. Llevaba un libro bajo el brazo cuando, de súbito, tuve la impresión de ir transitando por el mismo sitio, pero en un futuro lejano. Me pregunté cómo sería mi vida en ese instante hipotético, y lo qué supondría avanzar por estas líneas divisorias que, en tiempo real, ahora piso (con la salvedad de que volvía irremisiblemente al mismo punto, revocando retrospectivamente el hecho consumado veintitantos años atrás).  Y es ahora, no sé si al margen o en la intersección de ambos confines, (donde mi realidad se vuelca del recuerdo de un después, a la premonición de un antes), que presumo que el tiempo como el sueño sea tan sólo una idea.    
                                                    J.J.A.Z.
                                                         

sábado, 21 de mayo de 2011

CONTRAIDICACIONES DEL TRATAMIENTO

A la memoria de Javier Manríquez

Coincidíamos tras las rejas de la comisaría de un viejo condado, esa fría madrugada californiana. Yo, por los diez tequilas encima y más de algún semáforo imprudente de límites imprecisos; él, por la bestial tunda que intentara propinar a su mujer, a la que había  pillado con el Sancho la noche anterior, en plena ignición de sus tentadoras carnes.
Ah, que negro “má” bruto y “cornuo” soy, “vale”, ―Me decía,  manoseando su manojo grifo de greñas sebosas, agazapado en cuclillas, maldiciéndose y arrojando continuos noes con la cabeza mientras engullía la saliva, el orgullo y el agravio.

Yo aquí de “güey” rejego, “metio” en este lío “goldo”, encerrao y de mano “cruzaa” sin poder hacer “naa” “pa`” impedir que la Cusumba se enrosque con “esiotro”. “Tuavía” no hace “niun” ratito que me “entambaron” y, de seguro, “vale”,  ya se la ha “destar” dejando “cai” todita…     ¡zampándosela de un solo!

J. J.A.Z.

VOYERISTA

(“Toda la historia de la vida de un hombre está en su actitud”. Julio Torri)

Le seducía mirar la insinuante silueta a través de la falda; sus torneadas piernas, al subir las escaleras; las incisivas cúspides que repujaban su pecho a través de la blusa; los suculentos labios paladeando el café…
¡Qué mujerona inalcanzable! ―se decía.  Pero esa noche, por fin ella le coqueteó, traviesa, sobre la cama de un hotel. ¡De qué manera acentuaba jadeante el núcleo apetecido de su feminidad!
Él, ¡no daba crédito a su suerte! y ante la erótica pose humectada de lujuria, su obsceno corazón no respondió al lúdico impulso del escultural desnudo:
Sus ochenta y un inviernos se extinguieron de un rescoldo,

…como el resabio de cosas que había sido.

J.J.A.Z.

domingo, 8 de mayo de 2011

                                                   Mundos paralelos

    La carpa se embutía graciosa en el estanque vítreo coronado de nenúfares. Era su perfecto cosmos un líquido murmullo de guijarros chapoteados al fluir la corriente. Inexperta, un día quiso profanar el aire, indagando los áridos confines donde la intemperie impedía la inspiración de sus agallas. Intempestivamente, fue agredida sin conmiseración, de colisión brutal por su osadía. (Escarmentaba ya muy tarde el “sinsentido” de orbes inconexos).
    Vagamente inconsciente, dando coletazos se quejaba: “¿qué raro mundo es éste?”...    Exánime, transmutó su realidad mortal como carnada para un pez mayor, (consciente de la larga agonía que en su exterminio, conllevó habitar un sueño). 

    El develado abismo...  cerró sus fauces al caer la piedra.  
                                                                                                                   J.J.A.Z.

Hirsutismo

    Salió por fin a lo más alto de aquel edificio para poner a prueba su exitosa operación de córnea, desafiando el reacio tope de las lejanías con su neto desplante de vigor visual. Incrédulo, percibió apenas la vaga figura que reposaba sus sinuosas curvas en el telar de playa, descorriendo impune su secreto a tan errada visión. Corrompido por la forma ennegrecida que esa desnudez legaba al táctil sol de la azotea, quiso asirla a través del potente catalejo, y, ¡bingo!... alucinado, fantaseó a su antojo, entretejiendo la púbica maraña de pelambres grifos, brutalmente hilvanada en el triángulo de sexo.
    Absorto, despegó los ojos y batió las lentes para patentizar en un segundo enfoque su venturosa intromisión de fisgo.  Pero el funesto ensueño revoloteó con la patuda mosca que posaba ajena sobre el vidrio, en el instante del focal deleite.

                                                                                                                     J.J.A.Z.





miércoles, 4 de mayo de 2011

VIGENCIA
“Los valores ya no valen”. Nietzsche
En su modo de sobrellevar la pobreza quiso enfrentar el peligro siempre al límite de una vida más poética: escrutaba el borde del impulso que determina al ser. Pero en su noble afán, sofisticó tanto la brújula de esa ambigua metáfora que apodamos conciencia...
    
              ya no supo si robaba para comer, o si comía para robar.       
                                                                                  
                                                                                       J. J. A.Z.          
LO ESENCIAL
Afilaba sin cesar la hoja, deslumbrado ante el luciente brillo del acero,
la limaba tanto....
Al final, pudo quedarse sólo
con el último vestigio del vacío destello
que para siempre perdería la espada.                                     
                                                                                    J. J. A.Z.
                                                                                                                                      
LA PUERTA
Inserto la llave para abrir la puerta; la extraigo, para traspasarla. Picaporte en mano, caigo en la cuenta de que esa llave me fue dada por “permisibilidad”. Cierro la puerta  la bienvenida es un crujir con ráfagas de viento–.  Introduzco la llave y, al girarla, reparo en que esa puerta se ha vuelto inadmisible (la cerradura me retiene en este lapso tras el umbral de tiempo, como crujía doméstica). Sedentario, sonrío complacido al tenderme en el diván que pone “punto y significación” a mi existencia.
    Sigo aún sin percatarme de que afuera, irreversible el mundo me excluye para siempre.
                                                                                        J. J. A.Z.